Potenciar nuestra creatividad política
por el Instituto de
Investigación y Experimentación Política
(texto leído al cierre
del primer encuentro de la Red
de Experimentación Política, Río Cuarto, 12 de septiembre de 2014)
Durante los días 12 y 13 de septiembre de 2014
diferentes organizaciones populares nos convocamos para compartir diagnósticos
y estrategias en torno a la conflictividad socio-territorial: el Movimiento
Nacional Campesino Indígena (MNCI); el Centro de Participación Popular Monseñor
Angelelli de Florencio Varela; las Secretarías de Extensión y Desarrollo y de
Relaciones Institucionales de la
Universidad de Río Cuarto; el Bodegón de Pocho de Ludueña,
Rosario; el Club de Investigaciones Urbanas de Rosario; el Movimiento de
Colectivos Maxi Kosteki de Quilmes y Florencio Varela, el Instituto de
Investigación y Experimentación Política de Buenos Aires.
Del encuentro participaron también miembros del Espacio de Tierras de Todos y Todas de Florencio Varela; Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (ProCELAc); del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo (CePPaS); Red de Niñez y Territorio; Red Graneros de Sueño; Proyecto Cultural Los Otros; Espacio Cultural Rebelde Amanecer yla
Cooperativa de producción agroecológica de Guernica;
Colectivo Juguetes Perdidos; revista Crisis; Tinta Limon
Ediciones; Colectivo La
Tribu ; Colectivo Situaciones; Cazona de Flores de Buenos
Aires; Periódico El Visor Boliviano; Colectivo Simbiosis Cultural; y los
Observatorios de Derechos Humanos y de Conflictos Socio-ambientales de la Universidad Nacional
de Río Cuarto.
Este texto fue escrito al calor de las deliberaciones y leído al final del encuentro:
Del encuentro participaron también miembros del Espacio de Tierras de Todos y Todas de Florencio Varela; Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (ProCELAc); del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo (CePPaS); Red de Niñez y Territorio; Red Graneros de Sueño; Proyecto Cultural Los Otros; Espacio Cultural Rebelde Amanecer y
Este texto fue escrito al calor de las deliberaciones y leído al final del encuentro:
El modelo neodesarrollista que pretende inclusión vía acceso al consumo muestra signos de agotamiento: el impacto socioambiental de una economía basada en el extractivismo, el recrudecimiento de políticas represivas contra organizaciones sociales, el incremento de fuerzas de seguridad en los barrios y la reaparición de un discurso racista desde el estado, entre otros.
Durante estos años se gestó un nuevo tipo de
conflicto social. Una violencia que no alcanza a explicarse con los conceptos
ni los actores conocidos hasta el momento, porque se articula bajo lógicas
nuevas. Su carácter difuso y confuso tiene un objetivo: producir
estratégicamente su incomprensión. Sólo así los acontecimientos logran ser
capturados por la narración criminal y policial, que los muestra como enfrentamientos
irracionales. Su caracterización no puede ser unidimensional: no es sólo
violencia institucional, no es sólo interpersonal, no es sólo para-estatal,
sino una forma de violencia opaca y extremadamente mortífera. Cada nuevo caso
no es una excepción. Más bien permite ver la trama de poderes que gobierna los
territorios y se disputa sus economías: maquinarias complejas donde funcionan
segmentos del estado, bandas mafiosas, dinámicas vinculadas tanto al mercado
legal como ilegal, especulación inmobiliaria y una intensificación del
endeudamiento generalizado.
Ante esto, las organizaciones venimos ensayando estrategias para afirmar y defender nuestro derecho a la vida con políticas concretas: desde la ocupación de tierras a la creación de medios propios de comunicación, desde la producción agroecológica de alimentos a los encuentros culturales en espacios públicos, desde el trabajo con jóvenes a la investigación del delito financiero. Se trata en definitiva de alimentar políticas de la vida que se impongan sobre las lógicas de muerte.
Sin embargo, constatamos en nuestros cuerpos que no alcanza: las organizaciones sociales tenemos necesidad de alianzas porque aisladas podemos menos. Necesitamos articulaciones cada vez más amplias entre los movimientos y junto a actores e instituciones que no excluyen al estado. Para nosotros, sin embargo, el punto de acumulación siempre parte desde abajo, de la autonomía de nuestras organizaciones.
Es desde allí que desafiamos día a día a las políticas de muerte y que nos preparamos para construir instrumentos de movilización social.
Por todo esto conformamos
De cara a 2015, ante un viraje anti popular que ya se constata en los gobiernos, tenemos el enorme desafío de sostener los avances logrados durante la última década gracias a las luchas sociales y de potenciar nuestra creatividad política. Creemos que solo desde allí podremos proyectar, entre todos, las formas en las que queremos vivir.
Ciudad de Río Cuarto, 13 de septiembre de 2014.