Entrevista a Laura Adalfassi

Entrevista a Laura Adalfassi, Coronel Pringles (1973), escritora y poeta, licenciada en Historia (UBA), investiga sobre la relación entre memoria y nación. Está preparando la publicación de su primer libro de ensayos La comunidad irresuelta.




Lobo Suelto entrevistó a Laura en su casa de Villa Celina; combina en su estudio fotos de Foucault y Maradona y sabe mezclar Piazzola con Damas Gratis.
Igualmente alejada de los modelos de intelectuales forjados por Sarlo o Forster, Laura se le anima a las preguntas de Lobo…

­-¿Cómo viviste este Bicentenario?
-Fue una fiesta como no se vivía desde los años 80 en torno a la llamada primavera democrática. Los que estuvimos en la Plaza de Mayo en la Semana Santa del 87 (yo muy pequeña, había venido con mi familia), recordamos el quiebre de un modo de ligar civilidad y política… en ese sentido el “Felices pascuas” de Alfonsín fue tremendo…
El 2001, en cambio, lo viví como adulta, ya en Buenos Aires, pero se trató de una situación completamente excepcional, que mostró la verdad desnuda de nuestro país, en su faz dramática, que es difícil recordar como una fiesta.
Creo que la experiencia de estos festejos marcan un antes y un después por el calor de millones de cuerpos juntos sacudiéndose la amenaza del miedo de estar en la calle, amenaza difundida desde arriba por las élites.
Rescato el policlasismo que se vio en la calle. Vi entusiasmo de los jóvenes de este barrio por ser parte de los festejos, pero también a las familias del interior que en otro momento se las hubiese identificado con el conservadurismo de las élites del campo o subordinadas a ellas...
Si bien este no fue un acto estrictamente político, su simbología sí lo era. En la elección de las carrozas y las escenas que representaban hay un contenido histórico-político que no podemos pasar por alto.
Una cosa muy importante del Bicentenario es que nos miramos más en Latinoamérica que en los centros de poder de Occidente.
Creo que la avenida 9 de Julio fue una verdadera narración colectiva de nuestra historia, que superó los modos tradicionales que teníamos de representarnos la Nación… Dejó planteado un fuerte desafío a la historiografía local, que va mucho más allá de la polémica entre liberales y revisionistas…
-Desde Europa nos miran con asombro: ellos en crisis y nosotros festejando… ¿Qué pensás de eso?
-La realidad sudamericana se caracteriza por dos o tres componentes esenciales: la recomposición del precio de la venta de materias primas fundamentalmente hacia el mercado asiático, junto a una apuesta al resurgimiento de un mercado interno; el segundo componente es la irrupción de los movimientos sociales en todo el continente que derrotaron el rostro más duro del neoliberalismo, y, por último, la conquista de una autonomía regional respecto del centro imperial, acompañada por una reapropiación de la capacidad de narrar la propia realidad histórica de la región. Efectivamente Europa haría bien en preguntarse por la salud del eurocentrismo…
-¿Cómo creés que influyeron los festejos en la situación política?
-Es claro que la escena se polarizó entre la apertura del Colón y la 9 de Julio… pero a mí me hubiera gustado más que el contrapunto se planteara entre el Bicentenario “oficial” y el Bicentenario de los pueblos, el de la Plaza del Congreso… Yo también estuve ahí y estaba lleno de militancia social… Además hay toda una perspectiva local desarrollada por jóvenes intelectuales de algunas provincias que en la Ciudad de Buenos Aires pasan completamente inadvertidos, y que cuestionan el modo simplificado con que por momentos se identifica a un pueblo homogéneo con cierta idea acrítica de Nación.
Yendo más a la coyuntura, es evidente que esta situación pacífica, pero no lo hace sobre base de la derrota del gobierno propuesta por las elites a partir del conflicto de la 125. Y digo esto, porque a pesar de las notorias inconsecuencias del gobierno, percibo cierto entusiasmo por el modo en que se abre una discusión sobre las bases materiales de la soberanía. Creo que es lo que viene, una discusión sobre el poder financiero, la explotación de la tierra en torno a la soja, la minería y el petróleo. Es evidente, por lo demás, que el actual boom de consumo es otro de los combustibles de esta movilización.
Desde una perspectiva historiográfica, quiero resaltar la presencia de más de 20 mil personas de los pueblos originarios atravesando la Ciudad. El contraste entre la sabiduría relativamente muda de esos pueblos milenarios ante la relativa juventud de la llamada cultura nacional argentina…
-¿Te parece que la polarización entre el Gobierno y Clarín modifica el panorama político-comunicacional?
-Sí, abre nuevas perspectivas; a pesar del modo tan estúpido en que a veces se trata el tema, permite revisar la trama de complicidades con la dictadura en su faz no exclusivamente militar, los medios fueron articuladores necesarios de aquellas políticas, tanto como de la implementación del neoliberalismo reciente… Es vital para la democracia revisar todos estos puntos de complicidad de las últimas 3 décadas, no sólo acusando individualmente a algunos de sus protagonistas principales sino también aprendiendo de los mecanismos que fueron puestos en juego para terminar de desarmarlos.
-¿Cómo interpretás la vuelta del sentimiento patriótico en torno al Bicentenario y al Mundial de Fútbol?
-Como una necesidad espiritual. Hay una tensión en lo que es identificarse con Argentina cuando ésta está redefiniéndose. Es una identificación imposible y a la vez prometedora… Me parece muy interesante que la simbolización de esta identidad que se redefine haya estado dramatizada por un grupo de vanguardia como lo es Fuerza Bruta y no sólo por las viejas imágenes escolares y aquellos referentes de la música popular de las décadas del 80 y 90…
-¿Pero esos símbolos no estaban siendo redefinidos justamente por la narrativa joven contemporánea?
-Sí, muchas veces la literatura se adelanta en su poder de pensar lo nuevo. En cierto modo, la Buenos Aires que vimos estos días estaba ya anticipada por esos relatos.
Hay decenas de editoriales jóvenes e independientes que están elaborando todas estas mutaciones… personalmente, es ahí donde me interesa mirar en este momento…